Camino del lamento

Nada debe importar, que el pensamiento
me eleve con el firme y más seguro
propósito, de nunca hacer conjuro
contra todo ofendido abatimiento.

Pues tomando el camino del lamento,
si entre tantas palabras me torturo,
no quiero desear otro futuro
que me conciba mártir del tormento.

Porque si en el teatro de la ausencia
cada cual tira como le parece,
tan escasa será ya mi esperanza

que mucho comprometo mi presencia,
tomando cuanto fácil se me ofrece
con tal de mantener feliz la panza.

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