Caderas oceánicas

Se derrumba la curva de la vida
En la hecatombe de naturaleza caída.
El hombre dimensionaba la galaxia pérdida
Y los susurros de Quevedo quebraba mi partida

Enloquecidas mis piernas entre rimas y leyendas, tus besos el vocablo de la huida en metales dulces de fuego fundido. Caer en caderas oceánicas.
Y al olvido.

Camino por las vértebras más sensibles del cielo para tropezar y quedarme rendido en tu suelo. ¿ Porque repetimos los mismos actos?

¿ Con la templanza del idiota?
Las guerras del amor se alimentan de la sangre desperdiciada del cobarde.

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