En un destello se desvanece mi sensatez.
Atesoro mis pensamientos de medianoche.
Mis palabras corren como una cascada de esperanza que se desborda de emociones; pinta el vacío de soledad y lo llena de amargura; decora las palabras y encierra los silencios…
Esponja de emociones, has drenado la energía y agotado las palabras.
En un mundo de necesidades te has llenado de ambición y has desarrollado alta tolerancia al dolor.
En un mundo de tragedias, has pintado la euforia, disfrazándote en memorias, hoy reencarnas en historias.
El pusilánime deseo de sentirse pleno ha nacido.
Criado por mundanos privados de afecto.
En un sutil intento de empatía, ha olvidado lo que se ha propuesto:
“amar en el desconsuelo del vasto ensueño. En la fantasía de lo no vivido, se llena de ansias y anhelos”.
Y cada noche al despertar,
Me paro frente a mi ventana
Y me pregunto si algún día
seré capaz de darte todo aquello con lo que has soñado
…
Perdón, si hoy estoy sedada por los efectos del fulgor…
pero deseo que mañana las petunias hayan saciado tu vasta visión.