¡Ay de quienes no guardan un bestiario para enriquecer determinados momentos y para que nos sirvan de compañía en un futuro.
Álvaro Mutis
El perro de todas las postales. El hinchado lagarto de mi curiosidad. Los gatos de voces insólitas como sus muertes. El osario que abona la tierra del patio. Las cucarachas aplastadas por mi asco. La sierpe de la fortuna. Los ratones de la experimentación. El pollo y su perpetuo ojo. Los peleadores y su silencio brutal. La sensual pereza del hipopótamo. El unicornio del trovador. El dinosaurio, que sigue ahí. El cachorro rescatado y a los que di la espalda. Los parásitos de la hipocondría. Cortázar y el axolotl. Rémy y la ratatouille. Una mujer desnuda y en lo oscuro. Las tres cabezas del demonio, obeso de traición. El amigo y la oportunidad. Las bacterias a las que mi cuerpo dará de comer.