A sorbos me
voy bebiendo
la vida, digiriendo
estas heridas.
Y aunque a veces,
vaya cuesta arriba,
no hay dolor ni
pena que me
detengan…
El llanto de
mis lagrimas
dejan charcos
en el camino de
la vida…
También hay
alegrías, con
chispas de
felicidad, que
brindan…
Voy serena
caminando,
saltando esos
obstáculos,
ya nadie detiene
mi camino.
Y entre mis pasos
firmes, dejo
huellas escritas,
son versos que
salen de mi corazón.
¡Y vuelan!
Y a sorbos me
bebo la vida,
aunque a veces,
no sea de devoción.
Pero cada
día yo la bailo,
aún con esa sonrisa
vestida de ilusión…
Isa García