Quema y me hierve el flamenco en pleno agosto
cuando la luna guiña tentadora
y la marea invade, como ahora
las playas mostrando un camino angosto.
Truenan palmas sin importar disgusto
bloqueado estilete rememora
las esencias que la hoguera evapora
de aquellos nómades bailando a gusto.
Baten piedras la música de dioses
que cuerpos adustos muestran tocados
por la vara del duende en sus adioses.
Estallan los sentimientos guardados
en la danza con embrujo en sus poses
mostrando los corazones sangrados.