Romance
La noche llega sin prisa
bajo el canto de la luna,
en el hueco de la mar
bailan las olas desnudas
y en mi pecho se cobija
la risa más dulce y pura;
los ojos que me arrebatan
la boca que me subyuga,
esa piel que me estremece
ese abrazo en la penumbra;
la silueta de mi amada,
un suspiro que me turba,
los lunares que en su espalda
cruzan sedosas llanuras
donde se pierden mis dedos
entre deseo y ternura;
mientras susurra a mi oído
palabras que se acumulan,
que se meten por mis venas
entre lágrimas menudas,
clavadas en mi retina
como si fueran burbujas.
La noche llega deprisa
la luna ya se dibuja.