Deambular insaciable de caminos.
Loco desatinado
rebotando la poca lucidez de un lugar a otro.
Ninguna caminata cercena inquietudes trepadoras.
¿Vivir con fuerza hasta el aturdimiento?
Nada calma.
¿Alargar la mirada?
No hay orbe sosegado.
¿Qué hago para apaciguar el mítin de la piel?
¿Cómo amordazar sus gritos?
¿Qué hago para engañar a los labios?
¿Cómo vendarle los besos?
¿Qué otra mentira para la soledad repleta de fantasmas?
Un molino de horas tritura pensamientos
escupe trozos de chatarra
ideas desmembradas.
¿Qué le doy a la mano ansiosa para llenar su vacío?
Este cielo tiene muchas nubes queriendo llorar.
¿Cómo sacar tanto grillo de la cabeza?
¿Cuándo le digo a los ojos que te verán otra vez?
Enredo estrofas entre los dedos
paseo pensamientos enversados
por playas y parques.
-Quizá funcione-
Una llamarada
carboniza huellas dejadas por mi sombra
arden cual combustible.
Como no incendiarse
si hay tanta historia
empapada en mezcal.
Traigo un fuego pegado a la espalda
donde flamean los alaridos de todos mis diablos.
¿Que hago con los sentidos en colapso?
A veces caen sequías que no pueden con tanta lumbre.
Como tu ausencia.