Y…
Es tan difícil respirar en la tormenta,
con todo a tu alrededor cayendo.
-Soplando el viento esas lágrimas ajenas…
(Aquí ya no queda nada) …
Pero…
A veces estás tú, con esa sonrisa y esa risa escandalosa.
Estás gritando,
ahuyentando a esos monstruos que gobiernan la noche de caricias ausentes y palabras inútiles.
Con un lápiz de carne y tinta de sangre, dibujas imágenes en la pared,
oraciones ausentes de pasión, el amor cabalga las olas de esos océanos mágicos.
Aún estás aquí…
Dando vueltas en la casa
preparando el desayuno en la mañana
tocando el piano a media tarde
cantándole a la vida.
Estás nerviosa…
Es hora de irse,
y tus últimas palabras están tan llenas de bondad.
-Nunca dejes que te roben la alegría-
Esa voz tranquila y suave,
esos labios color carmesí.
Pero,
aún estás aquí…
Y aunque el cielo se torne gris y las imágenes del mundo dejen de tener colores, tú, siempre tú… le vas a dar color a la vida.
Nada va a dejar de brillar y la sonrisa nunca se va a borrar del rostro del universo.
-Algunos mueren
para que otros nazcan.
Hay tantas historias escritas en cada lugar de nuestro cuerpo…
Hay tanto para verse y recordar, ya sea, malo o bueno.
Una noche de tormenta,
cuando el hogar se inunda de miedos,
cuando las gotas en el techo no dejan de mojar el colchón
y la TV deja de funcionar.
Una noche de tormenta,
cuando has cerrado tus ojos
y el viento ha golpeado salvajemente mi ventana
dejando los vidrios en el suelo y tu árbol favorito ha caído,
una noche en la que te has ido… llevando todo lo que algún día has querido, pero te vas… con una maleta de sueños sin cumplir y un pañuelo de recuerdos.