Audrey


Audrey


Dime audrey
si volveré a ver la luz
que iluminaba tu cara
cuando pensabas en mí.

Dime, mi amor,
que nunca es demasiado tarde,
que sé que nunca fui especial
aunque tú lo pensaras.

Dime que algún día
podrás volver a pensarlo.

Comprende que no pude regresar,
durante mucho tiempo
y que no sé si me dejarán hacerlo.
Pero que esta vez
aunque débil, inseguro,
derrotado y apenas vivo,
estoy decidido a hacerlo.

Vivimos cada vez más cerca del infierno
y no puedo pedirte nada más, lo sé.
Sin embargo, es esta brisa que me acaricia,
pienso, la misma que te acaricia a ti
y es perfecta porque nos abraza a los dos.

Podría prometer muchas cosas,
pero la única verdad es que te necesito,
literalmente, te necesito.
Necesito tu manera de quererme
de odiarme y de despreciarme.
Pero no que me desprecies.

Prométeme, entonces,
que estas líneas no son en vano,
que no son sólo palabras bonitas,
el salvavidas al que se agarra el naufrago.

Prométeme que el mar no está tan sucio,
que volverá a ser transparente,
que podremos volver a navegar uno al lado del otro
en ese barco que no era grande
pero era nuestro.

Prométeme, quizá te pido en vano,
promesas de las cosas que no dependen de ti.
Dime que no necesito
seguir siendo un perro malherido
que muerde a su alrededor todo lo que le importa.
Quieto, agazapado en una esquina,
pensando que son ellos los que no me dejan volver a ti
aunque no haya nadie en esta habitación.

Dime que volveremos al mar,
que nadaremos hasta que se acabe
y que seguiremos nadando entre gritos
en aguas cristalinas.
Prométeme, mientras dejas de llorar,
que no volverás a consentirme
y que, aún así, podremos volver a divertirnos,
bailar sobre el tiempo
siendo inmunes a la idea de que todo tiene un final.


2 Me gusta