A veces el cielo es como un horno fiero, una inconcebible caldera sudando a mares, en el profundo vientre del Titanic… Esta foto es así, una combustión infernal, casi sin sentido, apenas blindada por delgado acero, rodeada de las más frías aguas de un abril tempanario.-
Chane García.
@ ChaneGarcia.
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Mientras iba esbozando el poema improvisado… lo rojo del cielo me recordó el inmamable calor que, uno intuye en la película «Titanic» de Leonardo DiCaprio, esas calderas de carbón debieron haber sido un suplicio para los que trabajaban allí.
El color del cielo fue lo que me trajo a colación esa película.
Saludos.
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Sí… todo se reduce a la percepción.
Interesante tu tésis.