Me recuerdo de pequeño, aplaudiendo a la caballería norteamericana en las pelis cuando sonaba el tatatatatatatararirarí y John Wayne, aparecía con su caballo derrapando en aquellos pedregales y cañones que tienen los americanos…cómo les daban pal pelo a los pieles rojas, qué malos eran estos “salvajes” nativos, hasta que los redujeron.
Y así, pasé algunos años, creyendo que el hombre blanco, el americano, hecho a base de individuos europeos, era el bueno y aparte de cultivar tabaco, subirse los tirantes con mujeres que media hora antes eran niñas, en los pajares, y a cada domingo en la puerta de la iglesia, el pastor los recibía uno a uno, no había más mundo. Después, resistí: Caravana, El Virginiano, Bonanza, Cimarrón y un sinfín; la traca final: la casa de la Pradera con preámbulo de Chanquete.
Pero un día, cosas de la vida, comienzo de los años 70 del siglo pasado, cuando galaneaba 13 mayos y siendo el día 1 del mismo, constaté que aunque en este país no había norteamericanos, esos de los pajares, cultivando tabaco y otras virtudes, si existía una caballería, que no derrapaban tan bien como los de John, pero soltaban leches como panes con sus porras largas; también tenían armas, las usaban , aunque no sonaban el tararí, sino un molesto megáfono que instaba a disolver como si fueran gas, así de fácil, a la turba nativa que por razones desconocidas, seguía reunida.
Aparecía el séptimo de yogurteras y camiones del agua con tinta; al tanto, unos personajes siniestros que minutos antes estaban con los congregados, los indios, declaraban sin pudor a otros, envarados en sus gabardinas que casualmente conocían a los de cascos, escudos, porra y pistola.
Pregunté a mi padre qué sucedía, al llegar a casa…y aquel hombre, arrogado a su tiempo y subiendo el volumen del aparato de radio, cuando comenzaba el diario hablado de Radio Nacional de España de las 14,30, “El parte” y no estaba sordo, me dijo: hijo, muy a mi pesar, creo, eres un piel roja y coño, hasta ahora. Me regaló un paquete de celtas cortos y un librillo de León Felipe.
Tengo dudas si la caravana por fin llegó a algún sitio y el bueno de Hoss se puso a régimen, pero lo cierto, palmario, es que cada vez que pongo la tele, leo prensa y escucho la radio, sigo viendo al séptimo dando cera, gente aplaudiendo cuando matan a “los malos”, mientras, las colas del hambre y las vallas de la reserva se extienden…el mismo discurso.
Conste en acta, que Europa, la vieja podrida dama, hizo lo mismo con otras culturas…no sé si ir al psicólogo o a una gravera…bajarme del mundo, no puedo.
Pedro…de momento. Junio de 2023.