Utilizo mis manos para afinar un verso,
donde lleguen las hadas con sandalias doradas
y eviten que yo sea espectadora impávida
de la fugaz ternura que guarda una mirada.
¡Son los desamparados, criaturas indefensas!
Pernoctan en pesebres de ensueños y utopías,
viendo cómo las nubes les prestan sus disfraces
para que sus manitas jueguen con arlequines.
Pequeños pies descalzos que duermen en la calle,
con corazones mustios y el alma hecha jirones.
Recuerdo que tuviera yo, la suerte bendita,
de gozar de un refugio dónde pasar las noches
y correr en los parques con Dios, todas las tardes.
¡Oh, los niños abatidos y con hambre en el mundo! -
Que sus pequeños pasos alcancen las estrellas
y el sol les dé su sombra y una sonrisa amable.
Que pensamientos más nobles Lucía… me anoto ahí contigo, y además así creo, y así pienso. Que preciosidad has tejido con estas líneas… este fragmentito, le llevo como souvenir, y propongo a ser portada de algo importante que de la vuelta al mundo…
Me hacía falta leerte, entre poco Internet, fallas de la computadora (ajenas a la falta de conexión como tal), mucho trabajo, y un montó de factores adicionales …de pronto me he descubierto con 93 poemas sin leer y casi me desmayo…
¡Solo Dios sabe qué otras joyas como ésta me he perdido!