Aquí se puede amar
sin el miedo
a los besos esquivos.
Bajar los luceros
llevárselos ante sus ojos
y prenderlos en su pelo.
Aquí podrás condenar
a los recuerdos
a lo eterno.
Enterrar heridas,
domarlas
para dejarlas indoloras.
Revivir muertos
orandoles en sus poemas.
Aquí sí que amanecen
las noches infinitas
esas tan amargas,
las que por un beso mal dado
no parecen tener fin.
Aquí las verdades ocultas
serán reveladas
dándole la vuelta al corazón,
en la otra cara del alma.
En este campo
de las maravillas,
te estará permitido todo,
y no te dejes embaucar
por las doctrinas
de los que quieren
limitar
una lagrima,
un secreto,
o un sueño.
Aquí
verás
lo que sólo
puede verse con el corazón.