Aquella puerta

Y la puerta seguía abierta.

Como si también estuviese esperando tu llegada.

Sabemos que no volverás.

¿Qué fue lo que te motivó a partir?

Nunca lo sabremos.

Estas paredes nos gritan tu maullido nupcial.

Nos colorean con el recuerdo del acompañamiento.

Dolores y pesares en el cuerpo por tu inaccesible paradero.

Camino sin salida.

Oh, negrura de la noche, cálida y apaciguadora.

Bésanos las manos que nos estamos desechando.

Grítanos tu nombre.

Obtendremos un eco como respuesta.

Fatal destino que nos llega a langüetear.

Alucinaciones de tu figura decrépita, delgada.

Ocupabas mi cuerpo como un campo de juegos.

¡Qué dolor me causa el verte partir!

¡Congoja que mantiene extenuadas nuestras almas!

¿Podrías hacernos elevar y trasladarnos a tu refugio?

Veo las luces del camino criminal.

Y ya no apareces.

Y ya no caminas.

Y ya no ronroneas.

Es la desilusión de la calma que nos toca otra vez.

De aquí,

¿Quién se podría levantar de este pesar tan angustiante?

¡Algún día te alcanzaré!

3 Me gusta

Melancólicos y hermosos versos. Saludos poéticos.