Presiento aquel amor, que fue soñado,
afán que anida al borde de mi sueño
que por momentos crece y se hace dueño.
Un suspiro de lo que fue pasado.
Congojo que nunca fuera olvidado,
nostalgias, zarzas arañando el pecho
por lo que pudo ser y no fue hecho,
por lo que pudo amarse y no fue amado.
Ocurre a veces sin sentirlo apenas,
regustos de ternura en la garganta.
Leve son que recuerda las cadenas
del querer que nunca fue y se levanta.
Así nos hace revivir las penas,
aún queremos quererlo y nos quebranta.
Pixabay/free-photos-242387/