Aprendiendo a amar

Mi tiempo respira,
el aire mira con esperanza
de no envejecer.

Pero falla.
Ondulado los sonidos
que son ruido,
siempre encuentra
el rincón perfecto para huir.

Eterno es lo de siempre,
envidiando el dolor
de encontrarse despierto.

Mirando a la luna de abril,
tan grande, tan distinta,
tan anaranjada, tan intangible.

Son largos los segundos,
que siento que caen sin perdón.

Y el mundo girando,
hambriento, sangrando.

La mirada es invisible
cuando no puedes ver los labios
pronunciar el nombre de Dios.

Voces delgadas,
sin sueños, sin sacrificio.

Quién los rescata
si no es el hijo de Dios.

Doblo mis palabras
testigos del crimen,
mi pulso ha perdido
el laberinto de la avaricia.

Ruego por ti,
dónde la sombra es más dura
y clara es la esperanza.

Ven conmigo, respira la paz,
olvida el orgullo y sus argucias.

Los hombres no conocen
el secreto sencillo
rosa herida,
despejada de un lamento nocturno.

El mar refleja la luna del cielo,
mi pensamiento tiene una pregunta lúdica.

La deriva es desgarradora
con los murmullos flotantes,
olvida a la muerte que no viene conmigo.

He aprendido a amar
me gusta mucho,
amar es escuchar sobre tu pecho,
sin cólera, sin remordimientos.

Sin heridas, con resurrección,
cierra los ojos
sin la soberbia diabólica.

El miedo es ser un cuerpo vacío,
amar es una pregunta luminosa.

Escucha tu cuerpo,
también ha sufrido en las tinieblas.

En vano amenazas a la muerte,
es más grande ser testigo
de la existencia de Dios.

Mute.

Photographize.
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Creo que es la primera vez que escribo así.
Me gustó.