Todavía, hoy, todavía
los poetas hablan de amor
con tanta tinta vertida
con todas formas corazones
con lágrimas to’los colores
todavía hablas de amor, poesía?
¿Se ama hoy día
igual que se ha amado siempre?
Con la forma te quiero, t’estimo,
con el órgano amorfo maltrecho,
con los sesos, con el pecho
se ama como se ha amado siempre
imperfecta y/o recíprocamente,
que no se puede con el cuerpo
de capicúas inerte.
Los adolescentes
arden y duelen de amor
y son consecuentes.
Para hacer locuras la mejor excusa
para aprender lo que es sentir, siente
el abanico del fénix a tragos
que te vierten en la boca del otro
un abismo celoso
un cielo ansioso
un éxtasis paralelo.
Y se entregan y entrenan
columnas, frenesí, cohetes,
pirotecnia,
cuencos
semillas
gérmenes.
Y el mundo se deforesta en la hoguera,
ya es negro todo el viento, montaña de ceniza
en la que poder cavar una cueva.
Los adultos
riegan y observan
y son obedientes.
Hasta templos abandonados tienen planos,
un avance imaginario tentando
la suerte y la ventura
de querer hacer algo
de ir más alto
de ver más lejos
de lo del suelo.
Y ponen su empeño, se empeñan,
una ristra de contratos, hipotecas,
el despertador, los calendarios,
quitar el polvo los días de fiesta.
Y colorean el cielo de cirios de cera,
se acaban los días
tantos como empiezan
tejen promesas
con cada mano las hilan.
Los hay, haberlos haylos,
que no saben amar, que todo lo quieren
no ya por locura por manzana o por serpiente,
nada pueden tener, todo lo pierden,
no liberan si no arrojan,
no abrazan si no agarran,
no quieren, no aman, no love
¡persiguen!
Persiguen algo que no entienden,
fácil según entiendo:
que va de dejarse llevar
porque nos estamos yendo.
¿Se ama hoy en día,
se ama últimamente?
Lxs poetas a lo suyo
lxs poetas a lo de siempre.