Amargarse la existencia

Nadie que esté enamorado
un mal gesto se merece,
que si la ocasión se ofrece
yo me ofrezco de abogado.
Será que habiendo pasado
por semejante experiencia
a nadie le doy licencia
para campar a su aire,
si es que con cualquier desaire
justo incurre en negligencia.

Si es que por calamidad
yo me amargo la existencia,
porque inseguro en esencia
nunca digo la verdad.
Quien sabe si la ansiedad
me lleva por mal camino
que perdiendo incluso el tino
me juega malas pasadas,
creyendo en cuentos de hadas
según parece, imagino.

Que mal veo el porvenir
si es que ya nadie me quiere,
si todo el mundo me hiere
por si les pongo a parir.
Poco más puedo decir
que a solas me voy quedando
que pasarme al otro bando
no sería mala cosa,
si antes de irme a la fosa
es lo que estoy maquinando.

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