Alumbré sueños inalcanzables,
ideas extravagantes.
Líneas que se cruzaban y se tocaban.
Pura simetría.
Oasis en la noche donde se refugiaban los miedos y se
convertían en relojes de arena.
Arena roja. Arena del desierto.
Desierto donde todo se confundía, se mezclaba y se
difuminaba.
Hasta que rompió de nuevo el alba.