…
Queda el guante lanzado
a tu joven pecho, Abigail,
en tus manos está recogerlo,
con tu donaire tan gentil.
Alma vieja
Tienes el alma vieja, me dices descarada
porque intuyes mis versos hilvanando
las costuras mil veces remendadas
del manto en mi regazo, manto de penas,
tristezas y soledades, manto de lana vieja.
Son los desgarros de un pasado nunca olvidado.
Tú, joven alma, de vocales cristalinas
con el presente hermoso de las crisálidas
y el futuro, ¡Oh, Afrodita!, del cisne blanco
vuelas entre nubes de hojas níveas
bajo las estrellas de tu mundo de color.
Y tus palabras, lágrimas de Fénix, sanaran almas.
Que lejos te queden ahora desamores
y perfidias, y levita al corazón asida
porque ahora, lo que toca, es vivir la vida.