Alma sin destino

Déjame que te llore en este día,
que mis ojos se empañen con tu ausencia,
que mi dermis transpire con tu esencia,
que mis lágrimas licuen tu agonía.

Desdichado el momento en que la arpía
aniquiló tu vida sin clemencia.
Se agotaron los techos de la ciencia,
se partió el corazón que más quería.

Transcurre el tiempo y el dolor no cesa,
tristes, las almas, vagan sin destino,
la muerte siempre ataca por sorpresa.

Sólo queda mi cuerpo mortecino
que arrastro desde mi última promesa
de seguir recorriendo este camino.

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Uff, qué bello tu poema!!!

“Déjame que te llore en este día,
que mis ojos se empañen con tu ausencia,
que mi dermis transpire con tu esencia,
que mis lágrimas licuen tu agonía.”

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Muchas gracias por tu lectura comentario. Saludos.