Al ver tu nombre

Al ver tu nombre,
escrito en la pizarra,
me estremecí.

Eras mi musa
y nadie lo sabía.
¡Tampoco yo!.

Yo te mandaba
mis “cosas” en poemas
deshilvanados.

Lo que pensaba
del mundo y de la vida.
Nada importante.

Lo que sentía
también te lo decían
algo mis letras.

Tú me leías,
un tanto reflexiva
y te callabas.

Miraba el vuelo
precioso de tus alas,
mi mariposa.

Y te decía,
sin voces ni palabras,
que te quería.

Eran los versos
del hombre enamorado
de una utopía.

Por eso al verte
llevada a la pizarra
me estremecí.

Y tuve miedo,
de amar sin ser amado,
viviendo un sueño.

Rafael Sánchez Ortega ©
18/10/22

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