Como un ruidoso estruendo de poleas
desde Fontibre en un combate vienes
con plata en la corona de tus sienes
sinuoso entre los valles que rodeas.
Toda tu fortaleza cuando ondeas
en tumbos queda si a morir te avienes
sobre esa espuma azul que con vaivenes
te entregará en un delta sin mareas.
Descansarás después, y tu victoria
será la paz que alcanzará la gloria
creyendo así que tu caudal no muere.
Y cuando el cielo escuche tu quebranto
te cubrirán las aguas con su manto
para entonar por ti su miserere.