Qué hago yo aquí poblando sueños
si la casa ha quedado vacía allá.
Lo mismo da que diga esto que aquello
si el verso no lo siento de verdad,
que andar de cantor en plaza ajena
nunca será motivo de felicidad.
Ajeno es el sueño que no llega
a llenar la almohada de suspiros,
como la espera de un domingo
en medio de una larga cuarentena.