Ahora que nadie nos ve
sembraremos margaritas,
en las nubes y en el cielo
para sentir sus caricias.
Será una tarde de tantas,
admirando tus pupilas,
y leyendo en esos ojos
sus metáforas y rimas,
serán poemas y versos
en tan linda compañía,
disfrutando en ese instante
del candor de tus mejillas,
y sembraremos las flores
en el cielo y su campiña
esperando que allí broten
esas perlas tan bonitas…
Ahora que el mundo se duerme
y se apagan las bombillas,
irá a tu lado mi beso
con el nordeste y la brisa,
irán también los latidos
del corazón que palpita,
en un galope furioso
por tu mirada sencilla,
y pintaremos un cuadro,
en la pizarra y sin tiza,
con las figuras que vemos
entre las nubes divinas,
nubes que son muy variadas,
elfos con hadas madrinas,
gnomos que van por el bosque
y hasta jardines y ardillas…
“…Ahora que nadie nos ve
pediremos, enseguida,
a la rosa de los cielos
que nos devuelva la risa,
la alegría de mirarnos
compartiendo cada día,
ese beso y ese néctar
con la raíz de la vida…”
Rafael Sánchez Ortega ©
24/06/20
