La deshoja todos los días
y ella nunca dice: Basta.
Le roba la esperanza, la subyuga
y va perdiéndose a sí misma.
Le ha entregado la vida
a quien no sabe, que ella existe.
Quien quiera que tú seas:
Limpia tus ojos fatigados
y sal del cuarto
que ya, lo sabe todo.
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Uff, muy conmovedor. Saludos poéticos.
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Gracias por pasar, Sinmi. Un abrazo.
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Gracias querida Nora. Mi abrazo con cariño y gratitud por estar siempre.
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Que versos más de desoladores pero llevan implícito una gran verdad que soportan muchas mujeres, una triste realidad que se debe erradicar, poeta!!!
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Precioso. Mis aplausos!!
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Tristes agravios. Muy bueno, Lucía.