Nada me espera en el trayecto,
en el camino de los dioses
muertos, de sus hechos mezquinos.
de sus historias y sus goces.
Ya el universo se ha acabado,
y son tan largos los adioses,
que nada de lo humano espero,
ni tan siquiera, que me llore.
Mi paso es firme y decidido.
Camino, sin más, a la noche
donde ya no quedan estrellas,
y donde al olvido me arroje.
Maravilloso. Mi paso , últimamente, por suerte o por desgracia, es el mismo que el tuyo.
Un abrazo!
gracias por tu comentario. Debemos seguir adelante. Un saludo.
Ánimo! un abrazo!
Un poema de largo recorrido…
Hay que vivir…casi siempre espera alguien al final del camino.
Hermoso, José Antonio! 
Gracias. Siempre hay alguien al final del camino. Un saludo.
La vida está hecha de adioses. Muy hermoso y sentido poema. Saludos cordiales.
Es cierto, muchas gracias. Vivir es ir despidiéndose del mundo poco a poco.
Me ha gustado mucho el poema y me ha encantado esta respuesta tuya, José Antonio.
Te felicito.
muchas gracias . Es un auténtico placer que te hayan gustado las dos cosas. Un saludo.
Muy sabio tu comentario, me ha inspirado un poema, muchas gracias por tanto. Saludos cordiales.
me alegra que de un poema nazca otro. saludos.
Sentido poema, Pradoalto. fuertemente melancólico, pero bello.
Siempre hay una luz al final del camino y mientras se recorre, hay que mirar a los lados y ver las plantas verdes, con flores o no, pero siempre con esperanzas.
Me gustó.
Abrazo
gracias por tu comentario. un saludo.
gracias por tus sentidas palabras.Sé que hay vida a pesar de todo. Un saludo.
Las gracias a ti por la oportunidad de leerte.
Abrazo