El tiempo no pasó,
el ayer es hoy y el hoy es ayer,
y aun la quiero, ¡Cuánto la quiero!
Las nubes grises anuncian el aguacero,
y mi corazón añorante, las penas;
graniza dolor en mis tierras.
¿Cuál fue el hechizo?
¿Qué causa este naufragio interno?
Todo, todo lo hace el amor,
pero el amor y el dolor
caminan por la misma vereda.
El tiempo no pasó, aunque pasó,
¡Cuánto la quiero!
¿Qué son los años y la distancia
cuando todo aquello que alguna vez fue
se adhiere al ser, allí,
donde todo parece ser inmortal.
Languidece, pero aflora con más fuerza;
duerme pero no muere.
Si, la quiero y hasta ahora
no supe no quererla.
Los intentos fracasan
porque no se puede forzar un cambio
a la esencia de algo.
La quiero y punto,
y todo lo que viene después
es un olvido mentiroso.
Se finge, se oculta
pero no deja de ser.
Adentro, un mundo se mueve.