¡Yo me voy para un convento!
Me dijo y se fue a la calle.
No quiero ahondar en detalle
que genere aburrimiento,
simplemente les comento
lo sucedido aquel día.
Sin casarnos con María
osé pedirle adelanto,
pero su enojo fue tanto
que no ha vuelto todavía.
Genial tu décima Marcos. Buenos días
Buenos días Luis!
Muchas gracias.
Saludos!
A veces es tan difícil regresar.
Yo a veces ni quisiera quiero estar en el lugar en que estoy. Ni siquiera aquí.
Es complicado. Espero que María vuelva pronto. Y si no es así, que sea muy feliz.
Me gusta lo que has escrito. Cariños, ten un buen fin de semana.
Pues si se marchó a un convento
por pedirle un adelanto,
no te debía amar tanto.
Debes darte por contento.
Me gustó tu décima.
Hola, Ivka.
Muchas gracias por la visita y comentario.
Me alegra que te haya gustado.
Abrazo grande!
Hola, Artemisa.
Muchas gracias por tan linda respuesta.
Abrazo grande!
Estimado @Marcos, temo que fue muy rápido con la tal María. A veces no son los fines los que se niegan, sino los medios no ayudan a conseguirlos. En este caso, ese adelanto que le pidió y no le dió, tal como en las termodinámica, no es una función de estado, ya que depende del proceso para llegar allí.
Ahora espérela con fe, por ahí debe llegar otra vez y entonces si, váyase con termodinámica, es decir, con cautela. Recuerde que en el pedir está el dar.
Recuerde que el axioma este es reversible: el fin justifica los medios, pero a veces los medios justifican los fines.
Felicidades!
Hola, Jesús.
Muchas gracias por tan amable visita y tan sabio consejo.
Seguro lo pondré en práctica.
Abrazo grande compañero!