Hay seres en este mundo que se guían por la luz, tacto, sonido, olfato, campos magnéticos de la tierra. Yo lo interpreté y anduve a través de los besos. ¡Ah, los tiernos besos de mi madre al amamantarme en su regazo! Aquel primer beso estrujado, inocente y nervioso de niño abriéndose a la adolescencia. Los besos de fuego que incendiaban noches de orilla a orilla. ¡Los besos cargados de ternura en la frente de padres e hijos!
Ha tantos besos de distancia, tantos años en besos, veo huellas que señalan edad y soledad. Las ausencias pesan millones de besos perdidos. El futuro resguarda el último beso.
Mientras tanto ¡Cuantos sabores paladeo, cuántos lúmenes irradias, cuanto solfeo escribes en mis labios!