Abrígame en ti, amor.
Tenme en tus brazos,
mientras veo desfilar
la mala hora.
Sostenme, como una gota
de agua que se escapa;
como si quisieras guardarme
en tus arterias,
como el interrogante de Dios
en los glaciares,
como la perla refugiada
en las conchas de nácar.
¿Cómo te llamas desdén,
en esta noche?
Mañana,
no veremos el dolor de los abismos
y la sonrisa volverá en las alas
de alguna mariposa.
Abrigados en el amor, todo pasará, sin importar si es bueno o malo. Muy bello. Abrazos cariñosos.
Gracias, Sinmi, por estar siempre en mis letras. Recibe mi cariñoso abrazo.
¡Hermoso final!
¡Una belleza!
Creo que ayer leí este este escrito, pero lo leí mal, jaja, le cambie una palabra; ahora lo he vuelto a leer y me doy cuenta que con la palabra correcta dice muy otra cosa. Me pinta la imagen del capullo como un arrullo para que nazca la nueva mariposa.
Saludos cordiales.
PD La palabra volverá, la había cambiado por volará.
Esa necesidad de refugio, de calor cuando más se necesita.
Bellísimos versos, Lucía!
Me encantó ese final, Lucía!..y la sonrisa volverá en las alas de alguna mariposa!Abrazo poético!!
Cuánta belleza, amiga Lucía en esos versos. Me encantó el poema.
Abrazo
Hermoso, hermoso…
Un auténtico refugio tus palabras.
Precioso poema, un abrazo
Querida Alda; siempre con tus bellos comentarios; un abrazo y feliz domingo.
Yo podría decir, a riesgo de redundar:
Querida Lucía, siempre con tus bellos poemas!
Gracias por pasar a leerme, Lauro.
Arroparte en el amor, muy bello Lucía
Un beso!
Muy bello Lucía.
Abrazo.
Gracias, Galilea, por venir a leerme y comentar.
Nuevamente, querida Silvia, gracias por pasar. Un abrazo.
Gracias, querido Pedro, por pasar a leerme. Recibe mi abrazo y afectuoso saludo.
Que bellas palabras has compartida; enamorada del sentimiento que me hiciste recordar. ¡Felicidades!
Muy amable, querida María, por pasar. Un abrazo.