(Basado en la novela del mismo título, de Marta Portal)
Yo, antes, creía que la vida se me debía…
Me dejaba llevar por la inercia,
reposo o movimiento relativo,
según se diera.
Con alguna alegría
y sin demasiadas penas
avanzaba a tientas y a ciegas.
Y llegaste…
Quizá no era el momento.
Nos encontramos fuera de lugar
y de tiempo.
Hicimos proximidad de la distancia
y nos amamos a oscuras
y con remordimiento.
El final no fue final
sino principio;
no fue muerte de un amor
porque fue vida.
No morí de ti
porque nací en semilla. Empecé a vivir fuera de mí.
Ahora conozco el valor de los minutos. Ahora sé que no vivo gratis.
Ahh preciosos versos como duelen esos amores que brotan a destiempo con todo su ímpetu y su pasión y sin embargo es vida en plenitud los minutos compartidos, poeta!!!