Hoy a solas divago mar adentro
donde ruego y suplico a la conciencia,
que a cultivar me ayude la paciencia
ante tantos marrones que me encuentro.
Porque la VIDA VUELA y no me centro
a diario en provocar una sentencia
que sin querer me anule la experiencia
en la que igual ni salgo ya ni entro.
Pues sumergido en medio del cotarro,
que los dioses me nieguen su sonrisa
si al notarme ahogado y sin apoyos
me ataran de cabezas hoy al carro,
y creyendo que tengo mucha prisa
de basura anegara los arroyos.