Quizás las musas existir existan
pero si no funciona la constancia,
no servirá de mucho la arrogancia
cuando nuestras palabras se despistan.
Quizás las musas insistir insistan
a menudo y según la circunstancia,
pero a veces midiendo la distancia
cuando se les requiere ni rechistan.
Será que el buen versar cuesta sudores
cuando la iniciativa no funciona
y bajo mínimos estén las musas,
puesto que de existir de mil amores
ya se presentarían en persona
mostrando de rodillas sus escusas.