¿A quién le importa
decir que ha muerto
el corazón de un reloj,
que en el tintero
está encerrado un pájaro azul
y que un fichero
es el cautiverio de la bella durmiente…?
¿A quién le importa
que la cayena
es la herida de la brisa
y que la paz
tiene manos suaves de lana,
que la rosa absurda
está convaleciente
y que una golondrina, verdaderamente,
es la travesura de una corbata…?
¿A quién le importa
que cuatro y cuatro es un octosilabo,
que la niña tiene un silencio
guardado en su delantal,
que la mariposa vuela con un ala rota
y que la flauta mágica ya no está
porque se la llevó el loco…?
¿A quién le importa
que las amapolas
cuando se arrancan de sus raíces
esgrimen un puñal contra la tristeza,
que tú encierras la lluvia en tu cuerpo,
que la poesía oscura
se guarda en una concha marina
y que cada paso de un otoño
suena en el canal de las venas…?
¿A quién le importan
todas esas cosas que
inventa el corazón?
Que hermosura y encanto de versos, querida Gioconda!
A quién le importa que alguien rescate del infinito de las letras su dulce poesía?
A ti y a nosotros.
Me fascinó.
Abrazos cariñosos!