Un perfume de rosas ya olvidado.
El canto de aquel pájaro de otoño.
Todas aquellas voces que se fueron
a construir el ocaso del silencio.
El reflejo del sol en las ventanas.
Aquel sueño perdido en una noche.
La inmensa soledad de los adioses.
Las palabras que nunca se dijeron.
La nieve en los andenes del pasado.
Esas dulces promesas no cumplidas.
La tarde donde fuimos infelices.
Las canciones, tan tristes, que tocaron
todas aquellas bandas tan amadas.
La música hace daño todavía.
Queda tanto por nombrar en ese inventario que va dejando el tiempo, las partidas, las ausencias. Bellísimo. Felicidades
Estos versos demoledores, me parecen excelentes.
El poema es de una virtud encomiable, estructura perfecta a la que siempre acostumbra. Lleno de una realidad palmaria que a veces queremos olvidar, pero no sabemos.
Saludos
Muchas gracias por tu enriquecedor comentario. Un saludo.
Tantas cosas dejamos en el silencio. Todavía duele su sonido . Saludos
Gracias por tus comentarios, siempre tan instructivos. La realidad poética debe hacerse eco de la realidad que vivimos. Un saludo.
Muchas gracias por tus amables palabras. Me alegro que te guste. Un saludo.
Hermoso poema, José Antonio. Enhorabuena
Muchas gracias. Me alegro que te guste. Saludos.
Como lector tu poema me sumerge en una atmósfera nostálgica, recordando la fragancia de las rosas, los cantos de aves otoñales y las promesas incumplidas que resuenan como música dolorosa en el alma.
Muy bello. Saludos poeta.
Un placer leer sus versos.
Magnífico, José Antonio.
Tienes razón. La música es a veces bálsamo y otras, según el recuerdo, puñalada.
Saludos
La nostalgia que nos mantiene vivos. Gracias por tu comentario. Un saludo.
Muchas gracias. Me alegro que te guste. Un saludo.
La música es el contrapunto sentimental de la vida. Muchas gracias por tus amables palabras. Un saludo.