Agraciado por todo lo que crece
y a la vista regala sus colores,
a la montaña voy de mil amores
donde andar a mis anchas se me ofrece.
Que disfrutar del monte me apetece
porque a gloria me saben sus olores,
y rendirle a menudo sus honores
de energías el alma se enriquece.
Y negar no pretendo todavía
que a fin de cuentas soy aventurero
que del aire y los pájaros disfruto,
porque joven me siento, yo diría
capaz de caminar el mundo entero
y gracias que con nadie lo discuto.