Tenemos los años viejos
para gritar qué pensamos
para hacer lo que queramos
sin mirar a los espejos.
Rectificamos caminos,
derrochamos nuestras glorias
conservamos las memorias
sin importar los destinos.
Disfrutamos la amistad
nacida en las excursiones
que une nuestros corazones
en jovial tercera edad.
El grupo bien avenido
tiene a Encarna a la cabeza
que con su delicadeza
y dulzura lo ha atendido.
Y entre promesas divinas
al fin nos da la sorpresa
sentándonos a la mesa
¡En la finca Las Molinas!
Se esconde entre las colinas
recostada a Cabo Blanco
desde allí mi verso franco
se descuelga en letras finas.
Canto a la amabilidad
de un rinconito de ensueño
donde empleados y dueño
derrochan cordialidad.
Todo ha resultado ser
tranquilo y atractivo
ya nos caerá un motivo
para a este sitio volver.
Puerto de la Cruz. 17-07-2022
Edel@vateignoto
PD: Fueron 4 días con 3 noches de bondades tranquilas y serenas en un hotel de ese paraíso que es El Puerto de la Cruz, organizado por la Asociación de la Tercera Edad del municipio donde vivo, la foto es propia