A Eduardo Galeano (de una serie personal de retratos dedicados a escritores)

Era el sueño de Helena Villagra, pero yo estaba allí. Yo, que me creía poeta, estaba allí.

Como los otros, andaba en «busca de palabras que no conocía»…

—aún no había perdido las suficientes como para ir a buscarlas a la casa de las palabras

… pero en vez de abrir los viejos frascos de cristal, en vez de oler, tocar, lamer las palabras contenidas en ellos, yo, que me creía poeta, entre tanto POETA no hacía más que (ad)mirar.

Y así hubiera estado todo el sueño de Helena Villagra, toda la eternidad, si no se me acerca este hombre de boina y gabardina, este hombre que se hace llamar Eduardo y gusta de andar husmeando en los sueños ajenos…

—casi siempre los sueños de Helena Villagra—

…este hombre con su acento rioplatense se me acerca, les digo, y comienza a contar sus historias.

Y lo hace sin hurgar en frasco alguno, sin probar las «palabras con el dedo», sin relamerse o fruncir la nariz. Comienza a contar y comprendo que él es la fuente de todas las palabras, que brotan de sus labios como si recién las inventara.

Y aunque sé que eso es imposible, que algún truco se esconde bajo los colores de su oficio, que todo no es más que un sueño…

—el sueño de Helena Villagra—

…no puedo dejar de escucharlo, como si aún estuviera sentado junto al fuego nativo de Nuestra América.

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Ah, me encanta su decir, la forma como describe instantes, vidas, sueños, el último amor de Eduardo Galeano. Felicitaciones poeta; exquisita lectura.

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Qué grande Galeano y qué grande tú Noel, por recordarlo tan bien

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Un placer de lectura, Noel.
Y nadie tan merecedor de un homenaje así como Galeano.
Te aplaudo.

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Muchas gracias, @Noracris. Sin duda un grande las letras. Un hombre que hizo de la síntesis una filosofía.

Gracias por el comentario, @luciagomez1956. Y por sumarte a este homenaje a Galeano

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Vaya gentileza la tuya, @carlosniano. Agradecido!

Gracias miles, @wallacegere. Abrazo

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