A Diego

A pesar
de todas las sombras
que te oscurecieron.
Donde ser el mejor,
no te sirvió de nada,
donde nunca salistes
de ningún regate.
De todos los lugares,
en los que nunca debiste estar,
derrota tras derrota.
De los goles
que fallastes
en tus noches más negras
rompiéndote el alma
y las fuerzas.
A pesar de todo.
Diego.
Es verdad.
Tú no manchaste la pelota.
Tú la hicistes más grande.
Eterna.

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Un abrazo fuerte y solidario

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