Querido Mario:
olvida por un instante tus metáforas
apaga, al menos hoy,
esa «japonesísima grabadora Sony de micrófono incorporado»
anda, hazme caso y vuela sobre tu Legnano
hasta el bar de Isla Negra.
Pregunta allí por Antonio,
el de rostro bonachón;
hazlo Mario, y no te entretengas, por favor,
en las faldas de Beatriz,
—para ello tendrás tiempo (o no)—.
Busca a Antonio, Mario, y háblale del vate
de cómo le conociste
de cómo le plagiaste en nombre del amor
del Nobel y la «fiesta más sonora y regada
que habría de recordar la región»
de cómo no hay carta completa sin su “pe-de”
y háblale, Mario,
de cómo la poesía salva.
Cuéntale, Mario,
que no te falte nada
y hazlo pronto
mira que los milicos andan cerca.
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No, @Noracris, soy cubano, pero creo que cualquier amante de la literatura se convierte en un admirador de cualquier escritor sin importar nacionalidad. El homenaje a Skármeta viene sobre todo de haber leído El cartero de Neruda, que se convirtió desde entonces en mi libro favorito, y que he recomendado y regalado una decena de veces.
Un abrazo y gracias por el comentario
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Una joya, incluida la película. Solo me resta por ver en algún momento la adaptación teatral. Es una de mis deudas con ese libro. Gracias por el consejo de Isla Negra 
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